King Diamond – Songs For The Dead LIVE (2019)

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Lo de King Diamond empezaba a ser algo ligeramente preocupante. Si bien durante la década de los 90 mantuvo el pulso decentemente a su propio pasado, tanto con el legado de su banda madre Mercyful Fate como con el suyo propio (¿quién no ha flipado alguna vez con discos como “Abigail” o “Them”, o al menos con sus portadas?), pariendo trabajos tan notables como “The Eye” (1990), “The Spider’s Lullabye” (1995) o “House Of God” (2000, ya en la frontera), amén de resurrecciones esporádicas y siempre bienvenidas de Mercyful Fate, con no menos interesantes ediciones como “In The Shadows” (1993), “Into The Unknown” (1996) o el brutal “9” (1999, era inevitable), la década posterior tuvo alguna de cal (“The Puppet Master”, 2003) y sobre todo bastante arena (“Abigail II: The Revenge”, 2002 / “Give Me Your Soul… Please”, 2007), con sequía discográfica de MF directamente, y culminando en un triple by-pass de corazón de nuestro héroe-villano allá por 2010, que interrumpió tajante e indefinidamente su actividad, reducida básicamente a especulaciones de ediciones de diversa índole, con permiso de la única edición aislada en formato recopilatorio de “Dreams Of Horror” (2014).

Y con eso y una experiencia vital (o mortal, mejor dicho) a las espaldas, de la cual King basará la historia de su próximo álbum de estudio, allá por 2015 nos plantamos en una gira conmemorativa del mítico “Abigail”, y no digo aniversario porque 28 años tampoco es que sea un período para celebrar unas bodas concretas. De ese tour, que afortunadamente se estiró lo que se pudo y más, y que algunos de por aquí tuvimos el placer de presenciar a su paso por Barcelona (Rock Fest, 2016), afortunadamente también, tenemos hoy en nuestras manos este “Songs For The Dead”, multi-edición en distintos formatos (vinilo, cd / dvd, blu-ray y box-set) que desde luego merece la pena tener. Los motivos a continuación.

El contenido de las diversas ediciones es básicamente el registro en audio y vídeo de un par de directos de la citada gira, uno en el Graspop Metal Meeting de Dessel (Bélgica) y otro en el mítico auditorio Fillmore de Philadelphia, donde ya han registrado directos otros ilustres como los propios Testament. El repertorio en ambos es idéntico, con la única variación en el orden en el set de “Halloween” y “Eye Of The Witch”, y si bien en la versión audio pocas diferencias podemos destacar entre ambas descargas, es en la versión vídeo donde podemos sacarle todo el jugo a la edición, así como exprimir al máximo tanto la ampulosidad del directo de la banda a nivel festival como la proximidad de éste en sala. Tanto en uno como en el otro formato decir que el resultado es brutalmente espectacular.

Lo dice el propio King Diamond: la banda va muy rodada y se nota. Matt Thompson ya no es el joven que vimos aporrear parches de primeras en la madrileña sala Heineken en los albores de la década del 2000, pero si bien su chasis ha sufrido un considerable desgaste a lo largo de estos años, su técnica diría que ha mejorado incluso, dotando a los temas de un empaque ideal, y sin apartarse del guión que marcaron otros antes (God bless Mikkey Dee!), hasta se permite alguna licencia que aporta un plus al conjunto (esas ráfagas de doble bombo en “Sleepless Nights” suenan que atruenan). Pontus Egberg, el bajista sueco sustituto del denostado Hal Patino desde 2014, ha afianzado el puesto con una ejecución y puesta en escena admirables, mientras que el también sueco guitarrista Mike Wead, desde finales de los 90 en MF, parece haber nacido y crecido de la mano de Diamond (para el que no lo sepa, este señor ya militó en grandes bandas como Candlemass o Memento Mori), el cual se ha acoplado a la guitarra de Andy como un guante, conformando un dúo de la calidad de la vieja escuela Tipton / Downing. Y si Mike y Andy se han acoplado a la perfección, lo de Andy y King es un matrimonio sin opción de divorcio. A día de hoy, LaRocque parece haber sido diseñado para ejecutar la música que pasa por la cabeza de King, con una técnica e imaginación al alcance de pocos en esto del Heavy Metal, y en directo es incluso más palpable que en estudio, con King acercándose constantemente a su hacha de siempre, gesticulando riffs con su huesudo pie de micro, e incluso robándole alguna nota armónica en los trastes al bueno de Andy. Topal.

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Y bueno, mención aparte y expresa merece el gran Kim Bendix Petersen. Tras la operación que casi le cuesta la vida (estuvo clínicamente muerto por momentos, lo que le faltaba a esa cabecita loca), y habida cuenta del bajón de popularidad con trabajos como “Give Me Your Soul… Please” (¿en qué estaría pensando con ese título y esa portada?), fue todo un acierto embarcarse en una gira del calibre que nos ocupa, con una excusa tan magna como la interpretación íntegra de un disco como “Abigail”, pionero en su género de Horror Metal, así como de sus temas más emblemáticos, y con un torrente de voz (falsete, sí, pero hazlo tú a esa potencia y con esa gracia) que no se le había visto hasta la fecha. Bendito corazón partío. Livia Zita, mujer y madre de su recién nacido Byron (homenaje al eterno cantante de Uriah Heep, en paz descanse), acompaña a su consorte en la parte vocal, haciendo de colchón coral y dando una profundidad mayor si cabe a los temas con respecto a sus versiones de estudio.

De la edición en vídeo (blu-ray en mi caso) no me gustaría destripar demasiado al lector, lo suyo es hacerse con ella sin pensárselo dos veces y verlo por uno mismo (no me seáis tan cutres de verlo en Youtube). Decir únicamente que no falta Grandma en “Welcome Home” (esa intro de batería no tiene nada que envidiar al arranque de un “Painkiller” al uso), la copa de vino en el mastodóntico “Eye Of The Witch”, las arengas al público para que se desgañite en el inevitable “Halloween”, o los aquelarres en los rescates de Mercyful Fate (“Melissa”, “Come To The Sabbath”). La instrumental “Them” sirve de puente perfecto para lo que se viene con la ejecución íntegra de “Abigail”, durante la cual King no necesita de teleprompter alguno para recordar todas y cada una de las letras de la horrorosa historia de Jonathan La Fey, Miriam Natias y de la segunda venida del diablo en el cuerpo del feto de Abigail, adaptación musical de claro guiño al mítico film Rosemary’s Baby (aquí en España destripado como “La Semilla del Diablo”). Recomendación particular: coge las letras en esa parte, la disfrutarás el triple. “Insanity” de “The Eye” cierra los conciertos de forma apoteósica y melancólica a pachas, con la banda al completo despidiéndose del respetable y con la sensación en el espectador de haber visto algo grande.

Y poco más que añadir. Tanto si eres fan de KD como si no, yo de ti me haría raudo y veloz con “Songs For The Dead”, me abriría una cerveza y disfrutaría de un (doble) concierto como ni tan siquiera puedes hacerlo en vivo (la multi-cámara es lo que tiene). Ah, y recuerda: si te niegas, 18 se convertirá en 9. El que avisa no es traidor.

Bubbath

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